martes, 9 de junio de 2015

CENIZA


Pleno de verbos a la fuga
escucho un violín que gime como una parturienta después de quince horas de esfuerzo.

Tropiezo millones de veces en la misma ínfima piedra para ser consciente de mi fortaleza.

Soy un páramo de granos en la cara
y miro de arriba abajo a los ojos de la gente.

El polvo del camino tapa la ceniza
como si fuéramos huesos en un museo.

Los sustantivos muerden a los verbos,
la yugular se llena de cicatrices.

Somos nadies rodeados de nadies,
el viento acaricia las paredes del tiempo.

GUILLERMO JIMÉNEZ FERNÁNDEZ -Mérida-

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