A QUIÉN NUNCA FUE

"Uno no hace amigos: los reconoce a medida que los va encontrando."
(Isabel Paterson)

Se acomodó para abrazar a todos
en un día especialmente soleado
y con su perfil bañado en preferencias.
En éxtasis, llegó a besar mejillas
e hinchió todo su alrededor
con palabras hermosas, muy sonoras,
que articuló entre la mejor sonrisa
y un aliento a mentol envidiable.
Tan creyente en su figura,
bien estructurada para su edad,
y en los tópicos que regalaba
para los oídos más conformes
que llegó a amar las estupideces
y enraizar tronco de primavera ejemplar.
Llegó a colgar en sus ramajes medallas,
y de sus trinos vacuos,
tan manoseados, tan breves, tan simples,
se asumió como cantera filosófica,
contoneándose al corte de los atardeceres
como astro a tener en cuenta.
Después, cuando trataba de dormir
todas las pesadillas de su descrédito,
ese que se pausa en el espejo al irnos,
el que no se conforma por más que gritemos,
el molesto que no se apaga,
tardía y solitariamente
acudía al blister desgajado de somníferos
y deglutía la paz con medio vaso de agua.

MANUEL JESÚS GONZÁLEZ CARRASCO -Madrid-