España la cedieron en herencia,
los amos y señores del cortijo,
para seguir libando del botijo
con retiros dorados de excelencia.
El Aznar nos endosó sin estridencia,
la deuda permanente, en crucifijo,
por mucho que se eleve el desvalijo
la eléctrica no cubre su carencia.
Un misterio de recibo mal parido,
cuanto más le pagamos mas debemos
el colmo del estupro retorcido...
Pesadilla que nunca entenderemos,
con el precio más caro concebido,
debiendo los dineros moriremos.
José Salas -Barcelona-
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