Descalzo rompo turbios horizontes
tras los vestigios que deja la duda,
escondida en enmarañados montes,
para que la malvada quede muda.
Denso vago con la pena que anuda
recuerdos heridos e itinerantes
creados por esta extraviada duda
que pretende convertirse constante.
Ruge el corazón muy enfurecido,
hace de su gran furia gran derroche,
solloza callado , va confundido,
escucha tu sensual voz cada noche.
Erguido en terrible furia arremeto
contra todo el mal y donde se escuda;
decidí eliminarlo y me prometo
hacerla toda añicos, muy menuda.
Obstinado en tangibles embelesos
la Luna abrazo en fina tesitura,
se asombra cuando colmo sus excesos;
cómplice , me deleita con dulzura.
Elimino tan enconado mal.
Me elevo ferviente, con alma pura
fortalece nuestro amor su caudal,
queda desecha en su olvido la impura.
ROLANDO PASCUAL BLANCO
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