A Elisabeht
De vuelta ya a la noche., de vuelta ya a la oscuridad de
los pianos.
Hay un viento que gorjea como un pájaro, un viento que
rezuma,
atlético, sangre de vid, ungüento para las palabras.
Verdaderamente
golpea la lluvia en las cortinas, se abre paso la luna para
reposar
a mi lado. Releo viejas cartas venidas desde lejos, en la
cansada
caligrafía habitan labios que se besaron, sed de saliva
dulce.
El almanaque gira sobre sí mismo ensimismado, y es de
noche...
Francisco Aranda
Publicado en la revista LetrasTRL 59
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