Cabalgando en el tiempo
montañas verdes
cual pensamiento
valles cubiertos de ensueños
cielos vestidos de estrellas
donde cada una
ilumina las ansias de los deseos
terminando en aquellos mares
suplica no se le deje
en la letárgica soledad.
En el galopar de aquel caballo
su meta es llegar
sin que exista poder sobrehumano
que le impida alcanzar la cúspide,
ansias del corazón.
Dentro de aquel mundo de sensaciones
tratando de esconder
en el anochecer
pesar que le sofoca
aturdirse gota a gota.
Errante alazán
que en tu trote
buscas con avidez
espacio inevitable:
¡poder librar
cadenas del dolor!
Sandra Méndez -Guatemala-
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