sábado, 22 de febrero de 2014

CAMINO A LA ESTACIÓN


Siempre despertó con un jersey desgastado por los años, se empeñó en aferrarse a él, quiso guardar junto a ella la fragancia de su piel, a pesar de que ya no tuviera sentido; cada noche, cuando la luna apagaba la última estrella cerraba los ojos con fuerza y se dejaba llevar; de vez en cuando, despertaba con la sensación de haber hecho el amor toda la noche, agotada y feliz, mismamente. Esos días sucedían, cada vez que sus sábanas temblaban y al caminar para escrutarle en la estación, se le caían torpemente las caricias, al suelo.

Neus Llop Rodríguez (Barcelona)
Publicado en Los Cuadernos de las Gaviotas

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