Sentimiento de cansancio frío,
ir a la iglesia,
pedir a la Virgen de la Amargura.
Los cirios prenden a mi entrada
como si yo fuera cerilla de suplicios,
que arda la cera y queme la amargura.
Alquitrán en mis venas,
envenena mi sangre,
trago de vino que, es pureza.
Por mi boca fuego,
rosas y espinas,
canciones sin sentido.
En mi sombrero payasos de colores,
avinagrados no saben sonreír,
andan encaprichados en los conejos del devenir...
Lanzo cuchillos que llevo en los bolsillos,
mi flauta suena a lagrimas secas
y, la guitarra pide cuerdas nuevas.
Infinitos inciensos prendo para mi,
soy mi maestra, así lo decidí...,
era una mañana húmeda y lo descubrí...
Embustera me miento y soy feliz,
tengo el espejo de la madrastra
y, no hay día que no me haga feliz.
Botones sin ojales
perdidos en mi vestir,
cremallera rota, imperdible al fin...
Todos los caminos abiertos,
que corra el viento por las entretelas,
la humedad se seca y deja vivir...
Así, sin nada,
se presenta la muerte a mi,
no sabe esta que aun no me voy a ir...
...Ahora que soy maestra empiezo aquí...
LOLA WIZNER
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