Ojos… detrás, delante… ojos.
Ojos materia, ojos silencio.
Cuerpo indefenso, frágil y cargado
de ecos de vida borrosos,
descalzos, divididos.
Cuerpo asensorial. Silencio vital.
Silencio herido por el gesto
armado.
Cuerpo doble, sin huesos, sin
nombre.
Cuerpo muerto de vida. Vida de
ojos y silencios.
Silencios que en silencio rompen
el espejo de aire y yo me calzo, y
yo me armo.
Yo me armo, de a poquito,
imagen por imagen, con lo esencial
y derecho… derecho siempre
adelante,
como decía el principito.
Del libro Calle Blanca de
MARÍA PAULA MONES RUIZ
Publicado en el blog mariapaulamonesruiz
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