Eran trece rosas bellas,
distintos colores y aromas,
eran todas grandes estrellas
que brillaban como coronas.
Eran trece rosas inmortales,
que vivieron y lucharon fuerte,
por tantas cosas mortales
el final tuvieron mala suerte.
Eran trece rosas distintas
glamorosas y trabajadoras;
jóvenes capaces con armadura
que es la honestidad que dura.
Son trece, que guardaron silencio
en la oscura trinchera de la muerte;
un velo de lucha dejaron perenne
para recordar sus voces eternamente.
Recordar su historia conmueve,
el eco de su dolor pretende
seguir su ejemplo constantemente
para ganar la libertad plenamente.
T. trece rosas perfumadas
R. rosas bellas y olorosas,
E. estrellas palpitantes de
C. coraje que las hizo valientes
E. en medio de la dictadura.
R. rosas las llamaron sin
O. olvidar sus nombres, fueron
S. sacrificadas por valerosas
A. al altillo de la muerte,
S. suena el viento, se fueron vivas...
La injusticia llegó a sus entrañas,
como una terrible telaraña,
que cegaron sus vidas una mañana,
con un fusil que atravesaron sus almas.
Fueron dignas, hecha estandarte,
a la nueva generación que crece,
ejemplo de lucha, voz y fortaleza,
luz, alegría, trabajo y esperanza.
Celia Benfer -Paraguay-
Publicado en el libro Siempre iluminadas nunca olvidadas
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