Acuéstate niño que es tarde
y si no duermes, mañana,
cuando mamá te llame,
no te querrás levantar de la cama.
Te leeré, para que el sueño llegue, mi niño,
un cuento de un duende
que se baña en el río.
Se van tus ojos cerrando
mientras oyes al duende
pedir ayuda gritando
porque se lo lleva la corriente.
Ya te dormiste, mi amor, y seguro que juegas
con el duende picarón
sobre una larga cuerda.
JOSÉ LUIS RUBIO
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