sábado, 5 de agosto de 2017

LA MATRONA


Una madre muy viejita se encontraba sola, triste, descorazonada y con sus recuerdos de hijos y familiares. Qué ingrata es la vida para los mayores pero… ¡ella era feliz consigo misma!
Pasaban los meses y años cada vez más viejita. Salió un día a pasear y se encontró a un viejo amigo de la juventud. Los dos quedaron encantados de verse, tomaron una nueva amistad de mayores y de vez en cuando se visitaban, se contaban sus vidas, se sentían felices.
Esa mujer, madre ante todo, había trabajado de matrona, “bonito empleo el suyo”, ayudar a traer hijos al mundo.
¡¡No hay nada más maravilloso que ver a esos bebés abrir sus ojitos a una nueva vida y llorar por todo…!! Es la única manera que tienen de manifestar los sentimientos. Ella le contaba a su antiguo
amigo lo feliz que había sido su vida ejerciendo de matrona, conociendo a tantos padres y mujeres parturientas, viendo tantos niños que venían al mundo para hacerles felices y de mayores ser buenos
hijos y ciudadanos.
¡¡Maravilla de mujer que hizo feliz a tantas personas, de viejita no fue afortunada!! Sus hijos la visitaban poco pero ella les llevaba en su corazón.

Regli Quintero
Participante en el VI Certamen Microrrelatos Libres Memorial Isabel Muñoz

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