Acostados, en un balanceo continuo, una voz temblorosa y entrecortada dio paso al susurro. Mientras, la aurora fregaba sus ansias en la cintura del cielo, con el sol adormilado. Nosotros en el cuarto, si cabe, cada vez más juntos, de tan juntos, tan sólo uno. Tus manos escurridizas, corazón de viento ligero, sobre mi cuerpo trajina, cubriéndome. Y desde el cántaro codiciado el anhelo rezuma rocío, el arrebato arrasa nuestros cuerpos, hay angustia, temor, inquietud, y en la penumbra se cubre de ardor. A horcajadas el amanecer cabalga en la cintura del cielo. Y en el cuarto, el murmullo va lamiendo las raíces del silencio. Entonces el suspiro camina adentro, con él, y junto a él germina en el ensueño.
Sujeto a palos en cruz,
un hombre, quieto,
sobre dos palos en cruz,
con sogas entre los huesos.
Y abajo el viento.
Acaso atada mi tierra
como un tamborón de cuero
sobre dos palos en cruz.
Y enfrente el viento.
¡Toda la patria en el suelo
sobre dos palos en cruz!
¡Y encima el viento!
Con su traje único
esperando inútilmente
debajo de la tierra.
La muerte como un ancla
amarrando
sus huesos,
la eternidad como gusano
taladrando
sus carnes.
Seco su tiempo,
la noria mutilada,
debe pesar tanto vacío
al hombro,
la agrimensura
triste
de nivelar las sombras
y de medir en vano
la altura
de la muerte.
Frío el rincón. El muro
derribado. La desembocadura
de Dios. El litoral del infierno.
El polvo ha recobrado de nuevo
su estatura.
La eternidad duerme otra vez
La nada, empieza.
Lejos
muy lejos...
El peregrino adónde irá?
Más allá del tiempo...
Estaba ahí
absorto en la llanura
"enfermo de universo"
frente al cerro lejano
Vengo del Sur
de ese país en grietas...
Vengo con dos milenios
y el polvo de Hiroshima
formando nubes
de horror
en la memoria...
Soy el viajero
El que pregunta
Llego al Yvypyté
sin asirme a nada
en el silencio del tiempo
escuchando
los antiguos cantos...
Ellos me dicen:
Aquí nacieron
los primeros árboles
las aves y animales
el hombre y la mujer!
Soy el viajero
El que viene de un país en sombras!
Me encuentro en la tierra del origen...
el yvypuru'a* del mundo...
Un espacio sagrado que hollar al fin!
No podrá persuadirme la muerte cotidiana.
Apartad de mi casa sus signos de ceniza, su aliento de murciélago, su cráter amarillo. Ya sé que sus heraldos sombríos multiplican en ventanas y sótanos, en mercados y sábados, el olor implacable de sus esquinas húmedas.
Apuesto por la vida.
A pesar del espía que soborna silencios y el sabueso de sangre, traición, infamia y lodo. A pesar del comercio diario del saludo. Apuesto por la vida, lo nuevo y lo posible, la cíclica sonrisa de las uvas la silenciosa nostalgia fluvial del arroyito, la silenciosa nostalgia marítima del río, la silenciosa nostalgia terrícola del mar,¡este sueño de arcilla!
Algunos secretos alfareros están imaginando la silueta del día.
¿Por qué ha de estar eternamente prohibida
La alegría?
LILIAN SOSA -Paraguay-
Publicado en Gaceta Virtual 125
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