domingo, 20 de agosto de 2017

XXII


A Roberto Chavarro Chavarro

Aniquirona
¿Dónde están los versos perdidos?
¿En qué lugar la alforja
que esconde las palabras
y el mundo de las premoniciones?
¿En que lugar los pañolones de las viudas
que enlutaron su tristeza
hasta fraguar la música?
¿Acaso en Schuaima la luz?
¿La gran nube en forma de ánfora
donde todas las tristezas se evaporan
y los niños juegan con los tamariscos y los pájaros?
Schuaima es la nación
donde todos los que se fueron han llegado.

Crucen amigos de infancia
vengan marineros y soldados muertos
vengan prostitutas
que los músicos desnuden su tristeza de guitarra
y los villanos se levanten de las prisiones
¡Hay pan para todos!
Venga también el salmista, el misionero,
judíos, mahometanos y gentiles
Crucen pescadores con sus redes de plata
y el místico con su trozo de parafina.

Marchen hacia Schuaima
La luz de la lámpara gigante
es el arco de la travesía.

Marchen que las campanas del calvario
han cesado su repicar de entierro
y la brisa se ha detenido
para no despeinar el sueño
de extranjeros y visitantes.

Aniquirona
Ha llegado el instante de multiplicar pájaros y peces
Es la hora del fuego
La hora del canto y el grito
Despójense de su armazón y de su escafandra
Los científicos
vengan los alquimistas con el rayo y el trueno.

Marchen hermosos gusanos
Es hora de tejer las alas para remontar el vuelo,
Después de la metamorfosis
¡todas las larvas serán mariposas!

Del libro La dulce Aniquirona de Winston Morales Chavarro -Colombia-
Publicado en Editorial Alebrijes

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