martes, 1 de marzo de 2016

SUS BELLOS OJOS NEGROS


Sus bellos ojos negros brillaban y una cascada de risas y gritos, gemidos estallaron en su cuerpo y piel canela.
La carta aprisionada entre sus dedos entrelazaba aun más esas letras y palabras de amor, pero la tinta de chocolate empezó a derretirse y poco a poco los párrafos todos esculpieron un picaflor encerrado entre la jaula de pétalos de una exquisita rosa chocolate, el aroma que emanaba colmó la Casa de la Cultura "Benjamín Carrión".
Muy pronto como evocando a la escena de la película "El Perfume"... las puertas y corredores, pasillos y galerías, en hileras los creativos artistas se dirigieron y rodearon a la jovencita, pero la orgía que se formó era de arte: músicos y escultores, pintores, poetas, grafiteros, actores cada uno en su constelación esculpiendo, orando, pintando, danza, teatro y música, la alegría del aroma del chocolate ecuatoriano iba envolviendo, embrujando, hipnotizando el Quito milenario.
Las calles se colmaron de esa atmósfera de bohemia colectiva que solo la cultura libre puede ocasionar, la ecovía se paralizó; el pueblo quiteño y visitante, las leyendas e historias, Cantuña en lirica hip-hop contaba su historia, Rumiñahui y Atavalipa entre guitarras convocaban a la marcha del retorno, duendes, pasillos, reguetoneros con letras inteligentes, invadieron el Quito moderno, sus parroquias, centro colonial, barrios del sur y periféricos, todos caían en este renacer del verdadero ser identitario.
La Policía, Ejército, Bomberos, se unían y hundieron en esa magia humana creacionista.
Pero las autoridades y lideres políticos huyeron temerosos frente a la posibilidad de un golpe blando, abandonaron sus cargos y se marcharon, la rebelión cultural y un amor juvenil con palabras de chocolate, retomaron sin violencia el poder popular. La conciencia de mandatarios y gobernadores, alcaldes, banqueros, chulqueros, asambleístas les hizo rendirse y escapar ante el mayor poder humano, "La Cultura".

‎Kelvin Calderon -Ecuador-

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