Si queda un poema... háblale de mí,
que escuche reír en tu sangre mi esencia,
y desplome la certeza que nos vio conducir
el mismo latir de distintas maneras.
Manten la tertutila de tus secretos,
acariciándome el miedo que no me deja dormir,
si es preciso teñir, tiñe de seguridad mi sueño,
estréchame en tu pecho... antes de querer morir.
Si queda un poema... háblale de mí,
esculpe esta piedra gris, como mármol blanco,
pronuncia un te amo que te lo pueda oír...
y sepa que existir, me existió entre tus brazos.
Promete no suicidar un solo verso,
no perder el aliento ni el sol en tus noches,
no dejar que el desorden ordene tu duelo
que yo me quedo, donde no me desalojes.
Esencia
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