Yo en el coche viajo con un hacha
y para nadar no tengo más que desnudarme.
Junto a los saltos del Uruguaí
levanto mis brazos con el hacha.
Todo el monte, veloz, es su cola…
Junto a los saltos del Uruguaí
levanto mis brazos
y sé por qué, sé para Quién, sé para quienes
los levanto,
sé que mi camino no termina conmigo,
sé que una cosa así no termina con uno
sino que corre por los brazos y el tiempo
hacia los hijos de los hijos,
la nueva luz, el nuevo mundo.
Jugando pienso qué alegría nueva
hachar para los hijos de los hijos,
pensar en los bisnietos mientras hacho
por sudar, porque sí,
hasta arderme los ojos
junto a los saltos del Uruguaí.
Héctor Viel Temperley -Argentina-
Publicado en Poética argentina
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