Llegaste cual suspiro de la tarde
cuando el corazón se había enclaustrado
mi mundo viajaba ente poesías extraviadas
suspiro de la melancolía.
Me invitaste a degustar nuevas sonrisas
entre estrellas y una copa de vino
canto de la seducción honorable y sincera.
Quise volar al cosmos de mi locura
escondiéndome en mi mundo de versos
dijiste con franca valía
lucharé por ti en las oleadas de la quimera.
Tu esencia de fulgurante luminiscencia
tocó mi alma perdida en soledad
eras Ruiseñor de la poesía del corazón
me entregaste tu esencia en plétora
ofreciéndome tu mano a la luz del día.
No entregas migajas, no escondes tu palpitar
dadivoso entre lisonjas
tu mirada es la sonrisa de un hombre cabal.
Fuimos andariegos del universo
tropezando entre lecciones de la vida
te clamaba en el céfiro de las estrellas
hoy eres el compañero de ilusiones.
Te amo, con la imperfección de mi ser
sinceridad del claroscuro de mi alma
seremos acompañantes en el horizonte de la andanza
fidelidad de amarnos entre almíbares
arcoíris de los sentimientos.
Sandra Méndez -Guatemala-
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