miércoles, 30 de marzo de 2016

REBELIÓN MORLOCK


“Aiya miraba aterrada como Yuti, el rinoceronte lanudo, corría hacia ella, los más jóvenes habían
trepado a los árboles, ella era vieja, la certeza de la muerte no la hacía menos terrorífica. Un
resplandor rasgó el aire dejando a un hombre mucho más alto que los de la tribu, lo cubrían
extrañas pieles de colores y en su mano un palo con un huevo color aire desde donde el hermano fuego brotaba. Cuando se apagó el brillo, Yuti había desaparecido junto al extraño”
Corren malos tiempos para el pueblo Morlock hijo mío, desde que el Rey de los ojos grises, apareció de la nada, no nos atrevemos a efectuar grandes cacerías, solo podemos coger a Eli que se pierdan.
Gobierna impasible junto a su amada Weela, es un brujo, ha mandado enormes bestias lagartos a nuestros túneles, en medio de una cacería hizo aparecer a semejantes suyos vestidos de verde con
artefactos que sembraban el odiado fuego, cuando saciaron su sed de sangre con cientos de tus hermanos, de un solo gesto los hizo desaparecer. Bestias que vuelan arrojando cofres de muerte, edificios de metal con cadenas que arrojan truenos… su poder parece no tener límites, pero su
cuerpo sí, se le ve cansado, Akron el explorador comentó que tras aparecer junto a una bestia peluda de un cuerno y lanzarla contra una de nuestras catapultas, le vio agacharse tosiendo sangre. La debilidad, del cien veces maldito, ha de ser aprovecha.
Mañana todo cambiará, la madre oscuridad nos sonríe, tras años de entrenamiento, hemos aprendido a manejar a los dioses metálicos de tres patas, los que arroja luz que quema la roca, mañana o
morimos matando o volveremos a ser los amos. ¡El pueblo Morlock nunca más permanecerá encerrado, que resuenen los tambores de hueso, mañana volverán a sonar las sirenas del subsuelo!

Manuel Santamaría Barrios (España)
Publicado en la revista digital Minatura 147

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