Sé que te gusta la ternura, o tal vez tú la seas al menos para mí. Palabras dulces te brindo a despensas de mi procelosa prosa, casi diaria, de cosas de la vida. Tú eres otra cosa, y sé que te gusta leer mis sentimientos y esas palabras escogidas que como otros regalos te puedan hacer llorar y reír de alegría. No creas que has dejado de ser inspiración, tú eres otra cosa. Y cuando te levantes por la mañana, no veas tu anhelo, si no el recuerdo de las palabras y las situaciones hermosas con las que se hace poesía, la que yo hago por no poder hacerte una nube de alas para que los pájaros lleven a tu boca mi mensaje de besos; y a la luz de tu recibo me emborrache del brillo de tus ojos; y viese dibujos de tu cuerpo en el cielo. Un leve soplo para ayudar al viento a hacer bracear los árboles en tu nombre; y que el sol se haga moneda para comprarte un viaje al paraíso.
Gualterio Sin Haber
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