¡Señor,... gracias te doy,
por darme a tan noble,
dulce y bellísima esposa,
con la cual vivo feliz hoy!
¡Señor,... hoy a ti te imploro:
inteligencia para entenderla, sabiduría para no ofenderla,
y amor para siempre quererla!
¡Ayúdame a ser paciente para cuando ella esté en esos días,...
y un apetito voraz para poder
comerme todos sus guisos!
¡Ah,... se me olvidaba Señor!:
nutre siempre mi memoria,
para que nunca en casa
olvide mi inseparable celular.
¡Que jamás mi esposa me falte,
ni mi ropa limpia en el estante,
que luzca impecablemente la casa
y lista la apetitosa cena humeante!
¡Señor,... que mi amor para ella
siempre sea lo mejor de lo mejor,
que de mi cariño nunca se canse,
y que mi corazón esté a su alcance!
Finalmente:
¡Señor,... que su rutina en el GYN,
sólo moldee su grácil figura.
La quiero sugerente, delicada,
sutil y no una mujer agresiva, musculosa, y dura!
George Rivas Urquiza -Perú-
No hay comentarios:
Publicar un comentario