No eres luz aún, y alumbras mis manos,
Iluminas el sendero que se niega,
soy quien retiene la mirada
que de tus ojos no sale,
tus brazos se deslizan
entre los fierros de mi alma,
como un carbón enardeces, te quemas
te abismas en tus lágrimas inexistentes,
se mitiga tu luz, y te apagas,
no llegas, y te vas,
desfalleces, y ni si quiera naces,
apenas brillas…
nácar...
José Regalado Núñez -Rep. Dominicana-
Publicado en la revista Oriflama 27
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