Dulces recuerdos al viento,
la pasión y la agonía,
la verdad de cada día,
la mentira del momento.
No se sabe lo que siento,
la libertad es camino,
son deudas y desatino,
una cama congelada,
la soledad vigilada
en un dudoso destino.
Dulces noches de promesas,
amores y puterío,
el fresco baño en el río,
peculiaridades lesas.
Unas promesas aviesas,
inconformismos enteros,
unas rosas sin floreros,
caducidad en la manga,
es mi vida que se enfanga,
me moriré por no veros.
Julio G. del Río -Valencia-
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