Por última vez, muestro mi tristeza,
te vi, postrera lágrima ajada,
giré muy lentamente la cabeza,
estás ya tan alejada.
Presumes que en mis actos hay nobleza,
sonrío ante tu última mirada,
el triste sonreir con tu certeza,
estás ya tan alejada.
Si lloro aliviaré mi gran torpeza,
perdí tu boca bella y deseada,
caí entre la más triste pobreza,
estás ya tan alejada.
Llené mis pensamientos de maleza,
ya vi alejarse a la mujer amada,
no se vivir, me puede la pereza,
estás ya tan alejada.
Julio G. del Río -Valencia-
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