Ávido de amor me descongelo.
lloro las lluvias de tus misterios,
me elevo al cielo de los inmortales, en donde habitas como una diosa.
¡Oh! diosa de alabastro y cedro,
busco tus besos y encuentro tus crípticas melancolías.
mis alas son de cristal pero no vuelan,
son del cristal maravilloso de tus pasiones.
camino en espirales a todos los confines, y me elevo al cenit de tus ojos.
Renazco, retorno a mis recurrencias,
como el ave fénix al mirar tus ojos resucito.
Tus pupilas ardientes de fuego y sol,
me lanzan como en una catapulta a los rincones de lo intangible,
al laberinto de la locura.
Vibro en las cenizas de tus recuerdos,
pero vivo muriendo,
lentamente y
poco a poco...
Mi metempsicosis se registra en las manos de lo que fueron tus besos.
Tu boca,
con su lengua de agua y de papel, me insufla y me regodeo como un pez en las aguas de tu océano.
Océano de miradas lánguidas,
miradas de tristes espejos.
artilugios preconcebidos
en el claroscuro,
de tu alcoba.
Aspiro el aroma de tu numem,
toco tu piel... de suspiro.
beso tus manos de ángel y me rindo.
Inhalo tu perfume de gardenias,
y heliotropos.
y tú,
siempre respiras el aire bendito,
el aroma de los cielos
como si yo no te importara.
Es tu cuerpo y tu olvido,
mi apocalipsis, mi deseo.
tus gestos lascivos, mi orgasmo y mi nirvana, todo con sabor a tiempo,
con sabor a ti.
Miro, y observo en tus palabras
y en la textura de tus manos, la vaguedad de tu reticencia.
Eres como la campana de oro,
sonando al viento.
como aliento de sándalo que vuela y regala su perfume,
simplemente eres...
Migajas de odio y transparencias me salen al paso,
cuando intento mirar,
mas allá de tu mirada,
transparencia plástica de imágenes de astros y cielos, salen a mi encuentro,
con caras de demonios.
Tus cometas gemelos de polvo y arena, me enamoran,
me seducen y me dan su cuerpo al desnudo,
pero no corren el velo de tu alma.
Metamorfosis de sexo,
pasión indiscreta de manos suaves,
que llenan nuestros momentos.
momentos, tan intangibles
entelequia
¿caricias impúdicas?
¿amor al vigésimo?
Cara de leona,
cama de sábanas blancas,
inmortal grito de placer y éxtasis,
sudor de ansiedades y angustias rebuscadas,
abigarrados momentos mágicos,
segundos de piel,
minutos de piel... muerte súbita.
Horas de azules destellos
extasiados en placeres,
en ese clinch de olvido... intimidad pública.
Otro grito silencioso que muere en un orgásmico deseo.
La brisa de tu noche,
el aroma de luna
mordaz sentencia de sensaciones liberadas en el coito.
Carne y huesos,
células con sádica pasión,
sonrisa plácida y suave,
mirada de ojos verdes,
aciago y virtuoso tiempo.
Añoranza de lo que se ha ido.
Tú,
tú,
tan solo tú...
una nube pasajera
placer de aire,
orgasmo de aguas salvajes.
Tu grito en medio de la noche,
y yo,
encendiendo la hoguera.
mi fantasía,
y escribiendo,
palabras, palabras, palabras...
ROBERTO ROCHIN SUÁREZ
No hay comentarios:
Publicar un comentario