Que no te digan cobarde
por no saber el camino
que conforma tu destino
al son del sol en la tarde.
Que no te digan extraño
por volar entre horizontes
arañando entre los montes
un bien estar, lar y leño.
Que no te digan traidor,
guerrillero y mala gente,
de sentimientos carente,
o ser de escaso valor.
Por qué naciste en un mundo
sin mas oportunidades
y te hirieron ansiedades
allá en tu pecho profundo.
No permitas... ¡nadie diga!
que ser raza diferente
es causa de ser demente...
No permitas..., nadie diga.
Que tu alma es blanco esplendor,
valentía decidida,
sufrimientos, vida, vida...
Solo Dios es sabedor.
Buscando un febril amparo
que acogiera tu desmayo,
la soledad de soslayo
atrapó tu piel, tu faro.
Y cuando creíste ser
un trozo de libertad,
rememoraste impiedad
de quien ansia tener.
Que no te digan cobarde...
Que no te digan extraño...
que nadie se lleve a engaño...
Eres luz, mañana y tarde.
Carmen Elvira Azparren Caballero
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