En las grietas de mis días encuentro relojes de Chernóbil,
terceras guerras mundiales recién sacadas del horno,
pantallas arrullando a una manada de hienas bicéfalas,
alas de pavo real cortadas a ras de suelo,
cocineros con estrellas en los ojos,
hormigas atómicas de formica y barro,
mapamundis fabricados con guano de gusano,
sudor de esclavo del siglo veintiuno,
esclavos con i-phones de los caros en el bolsillo,
cielos límpidos del sudor del ozono y de la urgencia,
una escombrera de cartas en blanco y negro,
un hacha en las manos de un traidor de guante blanco,
millones de libros explicando las mentiras de Chernóbil, encuentro.
GUILLERMO JIMÉNEZ FERNÁNDEZ -Mérida-
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