viernes, 27 de noviembre de 2015

VOLANDO AL INFINITO


Un bello sueño he tenido yo
cuando una noche transformado
en una blanca gaviota inicié un vuelo
al infinito camino al cielo hasta encontrar
a mi Dios quién junto al sol me esperaba
para guiar mi vuelo a su bello
jardín del edén celestial.

Nunca antes había sentido yo
una paz tan especial ya que todas las penas,
y dolores sentidos como un humano
se han quedado en tierra
junto a tanta soledad, y vacío.

Mientras volaba al cielo al mirar a la tierra
sentí una pena muy grande ,
y rogaba a mi Dios me encontrase pronto
para así yo preguntarle
por qué los humanos
nos odiábamos tanto en vida
como para llegar a intentar destruirnos,
y matando hasta niños con tal de ganar poder.

Al observar tanto sufrimiento en la tierra
más fuerzas surgían en mis alas
para seguir volando al cielo,
y deseando nunca más retornar
a la vida humana terrenal
pero sabía desde iniciar mi viaje
que yo debía retornar otra vez a la vida
ya que solo era un vuelo
solo programado por Dios
quién debía otorgarme una lección
para continuar viviendo como humano.

Fue un sueño maravilloso
ese encuentro con mi Dios,
y me guió por su Jardín
tan colmado de paz, amor,
y tranquilidad total sin odios ni envidias
ni menos deseos de poder material como en la tierra.

No sé cuanto duró mi vuelo
o la estadía en ese maravilloso jardín
ya que al despertar en mi cama
solo unas dos horas habían pasado
aunque para mí fue una gran,
y maravillosa eternidad muy divina
que me ha enseñado a amar
a la humanidad como Dios ordenó.

Ahora ya me siento muy bien,
y como nunca antes agradecido
de lo que poseo como humano
a la vez aprendí a valorar a la dulce,
y noble madre naturaleza tal cual Dios
nos la ha regalado a todos,
para que nos amemos, y nos respetemos,
o nos valoremos como humanos
sin medir el poder material o económico
que ya poseamos, ya que el amor
es gratis regalado por Dios
a todos por igual,
y para entregarlo gratis.

Un bello vuelo al infinito tuve anoche,
y hasta el mismo cielo he llegado yo
ahora ya de retorno a la vida
continuaré mi caminar en busca
del portal mágico que me lleve una vez más
a ese vuelo al infinito al cielo,
para ya nunca jamás retornar
a la vida humana para no tener
que continuar como hasta hoy
con tanta tristeza, vacío,
y esa gran soledad sin su amor.

Claudio Kruger Ahues -Chile-

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