La verdad siempre tiene un precio fijo
sin descuento ni saldo en su mirada.
La verdad vive con ropa corriente,
en una casa de un pueblo corriente
con un trabajo de lo más corriente.
A la verdad no le van los disfraces,
no presenta complejos de Edipo
ni tampoco problemas de autoestima.
Ella no sabe de traumas confusos
ni padece de insomnios permanentes.
La verdad es un viento insobornable
que no soborna, ni miente ni insulta.
A veces la verdad la envolvemos
en papel de regalo, la enlatamos
e incluso la envasamos al vacío.
Pero ella se rebela y planta cara,
no le gusta cumplir condena en cárcel
de plástico, cartón o terciopelo;
y se destrenza con su corazón
revestido de bolsas de regalo,
y se pasea sin tregua por las calles
desnudas de los días y las noches.
La verdad siempre acecha y prevalece
aunque tardemos en hallarla plena,
en medio de las sombras o en la esquina
de nuestros torpes y confusos pasos.
JOSÉ MARÍA MORENO CABALLERO -Córdoba-
Publicado en Luz Cultural
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