Imagino que lo olvidarás,
que lo habrás olvidado,
que renegarás de mí,
maldecirás las grietas del tiempo,
te maldecirás sin darte tiempo.
Y lo anotarás para bendecirme,
para enorgullecerte de su amistad
y lo repetirás como un tiovivo,
resuelto en alivio.
¡Dame tu memoria!
¡No la corrompas con tu olvido!
¡Dame los recuerdos!
Quiero sentirlos vivir en mí,
quiero regresarlos sin angustia,
que se me esconden en el alma…
Tomarlos de la mano
y pasearme con ellos,
renacerlos,
reescribirlos en la arena
con los dedos de las manos,
de mis fatigados pies.
Y en el envés de mi vida,
cuando tus recuerdos,
mis recuerdos,
retornen a mí,
acariciarlos,
reposado y lúcido,
en la orilla del olvido,
hasta que la ola,
la gran misteriosa ola,
se los lleve mar adentro,
en su angosta y oscura
profundidad abisal.
PACO VELÁZQUEZ -Cádiz-
Publicado en el blog ojosdeluna-pacovelazquez
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