lunes, 9 de noviembre de 2015

MAR DE SOMBRAS


En el ocaso tras la montaña el sol se pone,
las sombras corren ladera abajo cual cascadas,
de dique, las compuertas de desfogue abiertas,
premiosas, van vistiendo de penumbra el valle.

El astro en la cima por última vez se asoma,
la niebla somera mis pies desnudos cubre
y como enredadera mi cuerpo invade,
al este la nieve cual faro celeste, fulge.

Entre peñascos y pico se inunda el cauce,
tal mar desbordado las tinieblas lo envuelven,
me yergo, me estiro, al sol con la mirada sigo,
y de noche tatuado, cual espuma surjo.

En el océano de sombras, intenso, alto vuelo,
bogo en él, bañado de sol, radiante retozo
cual delfín en bello claroscuro piruetas hago,
al este la nieve como faro celeste, esplende.

El flujo nocturno sierras y lomas abate,
tras centellear el faro celeste se apaga,
en este velo bruno a ras persisto a flote,
en el ocaso nunca el sol de mí se oculta.

En esta dimensión de eternidad flameo
de rojo atardecer a la luz de las estrellas,
en el friso de luz y sombra veloz cabalgo
iluminando con rubios rayos la alborada.

Omar Aburto -México-

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