Panegíricos enfrentados
Enfrente, la luz
Nenúfar en un estanque varado
Un estanque mesado en tus pupilas
Maceradas en la oscuridad
Barrunto transeúnte, influencia argéntica
Renuentes a gritar, a expresar
Acongoja la expresión del niño perdido, su inocencia.
Atormenta mis sienes el zarpazo de la bestia
Ruecas de agujas envenenadas, lobos tras hombres
Bisbisea antes de penetrar en la parcela onírica
Mesalina gira el picaporte, no hay puertas
Úsame respingo, tiritando, tensando
Níveo es el rayo, el que voltea, el que agarra
Estrellas no encuentro, el bosque se espesa
Parpadeo, no creo, tú estás, te siento.
Poderosa mano la tuya, extendida, cándida
Elucubro cuan miedos me acribillan
Nada, apenas nada, un resquicio y salvados
Ulula el céfiro en la lejana cordillera
Membretes sin estampar, mil cartas que escribir
Besos como salvoconductos, confiado me duermo
Realidad o ficción, qué importa, están dentro
Atornillando las imágenes entre luces y sombras.
Penumbra, apenas penumbra, y tú
Porque para ser yo, necesito del nosotros
Y la luz, que me dibuje tu rostro bien cincelado.
Santiago Pablo Romero -Trigueros-
No hay comentarios:
Publicar un comentario