(Para todas las chicas de entre 12 y 16 años, con mucho cariño)
Fotitos casi perfectas,
carita con manicura,
boquita con mucha holgura,
uñitas que están infectas.
Curvadas miradas rectas,
restos de amor en los dientes,
no es necesario que tientes
a Lucifer en su casa,
nadie sabe lo que pasa,
mas todos saben que mientes.
El mal rompió tu contrato,
desnudó tu investidura,
desenvolvió la soltura
que firmaba tu retrato.
Se descubrió el aparato
de tu bravuconería,
tu hucha estaba vacía
y sólo sobraban miedos,
se te escaparon los pedos
que llanaban tu alcancía.
Miraditas de reojo,
sonrisas de Cantimpalo,
tu culito con un falo
que le da su color rojo.
Tu palabrita en remojo;
tu casa de chocolate
presume que un disparate
se producirá muy pronto:
puede ser que algún ser tonto,
te lance un blando tomate.
Julio G. del Río -Valencia-
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