martes, 9 de junio de 2015

LA RISA DE RENÉ MAGRITTE


(Metropolitan Museum of New York)

Para Ana Rodríguez-Tenorio

El tren que se escapa por la chimenea,
el reloj que marca las doce cuarenta,
los dos candelabros distantes, sin velas.

La paloma roja que huye de la tela,
que huye de la casa que la noche quema.

La hermana que duerme, la hermana despierta.
Son nubes, son hombres, son cabezas sueltas,
la prueba del sueño,
los brazos colgando sobre las caderas,
debajo las piernas.

Era duermevela.

Y esos rostros rotos, medio descompuestos,
van sobreviviendo con el mar al fondo,
y aquellas muñecas de cara en aristas
que ya no contemplan.
Músculos celestes que del cielo llegan.

La mujer en tetas con piel de pantera,
la mujer desnuda de pie entre las piedras.
O ese cruzamiento del hombre y la hembra,
él con su chaqueta y ella entre las piernas
luce un pubis negro como su melena.
Los dos cazadores buscando sus sombras.

Miramos absortos flores del abismo
y esa fascinante postura de amantes
que se dan un beso, los rostros tapados.

Este es el pintor
que pinta a un pintor que pinta a una dama,
ella está desnuda, ella sigue manca.

Cuerpo fragmentado: los pies van debajo,
después las rodillas, encima el ombligo,
las tetas rematan el pecho que tiene
su emblema de cara.

Y este es el pintor
que se ve pintando, que un huevo mirando
plasma una paloma,
él está muy serio, hartito de bromas.

¿Será acaso el pintor que enreda al poeta,
o apenas un sueño que amando soñara?

JESÚS FERNÁNDEZ PALACIO -Cádiz-
Publicado en Luz Cultural

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