Marisma de tiempo que fluyen
entre las mieles que se anhelan
y la realidad insulsa.
Tan sólo existen amantes
de carne y sin substancia
viajan en el espacio de los miedos.
Peregrinos que se les va la vida
mostrando fachadas vacías
añorando caricias ardientes.
Recuerdos de una pasión entregada
sin pudor y con el alma
de sueños que aún danzan
en las noches de los pensamientos.
Por dádivas que vienen al encuentro
roces que jugaron con las substancias
de caricias ardientes
y gemidos perdidos…
Gota a gota fue derrumbándose la vida
por un amor etéreo
que en el suspiro continua vivo
esperándosele en el destino.
Sandra Méndez -Guatemala-
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