Vulcanizan los vapores del asfalto
mis pulmones en la soporífera
y pegajosa tarde
sin registrar rostros nuevos.
En las vías muertas duermen
perros y linyeras
con el mismo aire de fracaso.
Mientras la ciudad despide
otro siglo de injusticias
reconstruyo mi muerte
como una imagen absurda.
La diaria rutina
comparte mis penas
con solares cercanías.
Allí lejos
como un susurro del viento
imagino
que alguien
comparte
mi tristeza.
Del libro “Blues del Desarmadero” de Francisco Alberto Chiroleu -Argentina-
Publicado en Suplemento de Realidades y Ficciones 63
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