De todas las partículas elementales
los quarks son –sin dudar– mis favoritas.
Igual que los humanos
pueden ser up o down,
extraños o encantados.
Se agitan tricolores como muchas banderas.
Forman prácticamente toda la materia.
Por ejemplo tu hígado, el suelo o una avispa.
Y lo mejor de todo: nunca se encuentran solos.
Cuanto más se distancian, más ligados están.
(Qué prodigio, y al tiempo, qué familiar me suena)
Los físicos sentencian: es confinamiento.
Dante lo llamó amor.
Y yo comprendo
que estamos hechos de algo que tiende a la unidad.
Los quarks nos lo demuestran:
alegría en soledad equivale a tristeza.
Ahora ya entiendes por qué vives cuando amas.
Ahora ya sabes
que el principio del mundo ocurre cada día.
RAQUEL LANSEROS -Jerez de la Frontera-
Publicado en Luz Cultural
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