CUPIDO

Maldito el ángel de amor
que firmó mi desventura,
que me obsequió con la hartura
y me concedió temor.
Algunos llaman señor,
a ese desagradecido,
a ese ser muy mal nacido,
al que hay quien con razón
dícele: que gran cabrón
y otros le llaman Cupido.

Ese ser enamorado
con alas de mariquita,
que te frunce la boquita
cuando te ha porculizado.
Se te queda agarrotado,
parece que se ha dormido,
pero sólo está aturdido
muy cerca de los cojones,
metido en tus pantalones,
dice llamarse Cupido.

No seré yo quien te diga,
lo que harás con ese ángel,
nunca ascenderá a arcángel,
pues se rasca la barriga.
Pudiera ser que la miga
de tu pan se haya perdido,
alguien se la habrá comido;
yo se quien es el ladrón,
ese tipo es un mamón
y es al que llaman Cupido.

Julio G. del Río -Valencia-