El tiempo se detuvo y nadie lo movió. solo Dios sabía del dolor, todo lo observó y en sus ojos derramó una lágrima cristalina que su cuerpo recibió bendecida por el Padre que a todos conmovió. Bien José Luis Rubio, tu alma se ha inspirado para amar un poco mas. Felicidades.
Francisco Armengol Gonzalez
Trasmite un sentir muy fuerte de cuando algo contundente sucede arrojándola en un paréntesis mientras la vida continua, original y bello.
Maria Maute
¡¡Qué duro José Luis!! Y pensar que puede que nos suceda más veces de las que nosotros mismos nos demos cuenta. En muchas más veces de lo que nos percatamos que la vida sigue sin nosotros. Esa hora, ese segundo en que el reloj se ha parado, algo se ha muerto, algo que nos daba el impulso de vivir. ¡Muy buena reflexión José...!
Zahady Cantero
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