El cascabel al gato se lo puso
y también a un caballo
Empezando por ahí
Acosó al Abstinente porque no dudó
de que no le era indiferente
Acusó a la Patrona de los Impuestos
al valor y al honor agregados
Siguiendo por allí
¡Huevazos al Ministro del Interior de Sí Mismo!
resonó, concluyendo
el mal (o buen) uso de los huevos.
Del libro Leo y escribo de ROLANDO REVAGLIATTI -Argentina-
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