Con mis sueños de poeta
a los lugares de mi tierra
pude llegar, escale los valles
donde su gente, es de lo más
cordial, con tradiciones
ancestrales lo cual no quieres
dejar, aman la danza de la pluma
y a los niños, una minga
puede asustar.
Más abajo, están los mares
y su gente se enseño a compartir,
los istmeños bailando para el mundo
sin miedos, llenos de paz.
Aman la sandunga, la llorona,
el guendanabani, el feo
y muchos sones más.
Salina cruz se enorgullece
al ser un puerto neural,
puerta al mundo y donde
los zanates dejan su cantar.
Así es mi tierra, de mares
bravíos y montañas agrestes,
de cantos, bailes y tradiciones,
donde alojarte final de la vida
escuchar Dios nunca muere
te hace llorar.
A. LAVIAS OLVERA
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