El futuro comienza en este punto.
Concluye en este verso.
No hay trayecto, ya no hay rumbo.
El futuro nace muerto.
El futuro concluye en este beso
hasta que cesan los labios,
remite el fuego
y nos vemos contrarios.
Mi futuro transcurre en un instante.
Súbito, sucinto, sumario,
muere al tiempo que nace,
es bautizo y corolario.
Nada, nada me pertenece,
lo que tengo es lo que tuve ayer,
un recuerdo de anteayer
que hoy apenas permanece.
Mi futuro es azar únicamente
como lo es el de las flores,
dormitando cada noche
sin saber si al día siguiente
serán presente enamorado,
olor de altares ignorados
o consuelo de camino breve.
Mi futuro es la simiente
que riegan tus palabras
y que brota solo en alma
y por fuera huele a muerte.
El futuro comienza en este punto.
Concluye en este verso.
No hay trayecto, ya no hay rumbo.
El futuro nace muerto.
Gustavo González -Valladolid-
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