Si acaso tú te vas, y no comprendes
que es el instante final
-esa gota inerme
que del vaso se derrama
y jamás podrá saciar mi sed-
deja la puerta entornada solamente
sin llaves…sin cerrojos…
que a mi esperanza puedan encerrar.
Si acaso tú te vas, y no consigo
enredar tu mirada
para esconderla en mi seno palpitante…
deja que atrape en el aire del adiós,
la infinitud
del negro en que tu sombra se ha teñido.
Si acaso tú te vas…y en el cristal
pueda escribir, en ruego silencioso,
la palabra del nunca y de tu nombre…
aunque no quieras oírme…ni te importe,
cruza el espacio sin dejar tus huellas,
ni tu sombra, ni palabra alguna,
para evitar la tentación inútil
de recordarte.
YOLI ROTENBERG
Publicado en la revista deliteraturayalgomas
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