Ha llegado la aurora
de un nuevo amanecer
y la tristeza me embarga
al saber que debes irte
otra vez.
Acongojada despierto
fundida en mis anhelos
de querer que estés a mi lado
y no te vuelvas a ir.
Mis pensamientos
me dan melancolía
mi día aunque hay sol es gris
porque ansío el crepúsculo
para que estés de nuevo aquí.
Mis horas son largas
no se pasan más
siento una a una mis lágrimas
sin que tú las veas rodar.
Y cuando la noche
nuevamente me acuna
sé que en tus brazos
volveré a caer.
Apesadumbrada despierto
todos mis mañanas
porque esta adicción a ti
ya no me deja vivir.
Diana Chedel -Argentina-
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