Algunos hombres,
a los que nadie mira de frente,
atisban
los espacios que brotan entre dos espantos.
Vislumbran
los últimos recuerdos en la frágil concha
del ser ciego,
se arrastran sobre el olvido
y reconocen,
por encima del pavor, que siempre
se están cayendo cuatro párpados,
dos seres enroscados a la nada.
Del libro Hombre de
EVELYN DE LEZCANO -Las Palmas de Gran Canaria-
Publicado en Luz Cultural
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