Apenas si me rozaste cuando pasaste a mi lado
con tu negrura de párpados cerrados
y tu frío en los labios.
Apenas si me rozaste
pero tal vez fue peor
roce maldito que deja
más profunda herida abierta
que no sana
y no se olvida
y no hay sal que pueda echarle
más dolor.
Si lo tenía en mis brazos
y le besaba la frente
cuando el último suspiro se lo llevó para siempre.
Apenas si me rozaste cuando viniste a buscarlo.
Apenas me diste tiempo
para hacerle una caricia
que quiso ser un adiós.
SILVANA CALVÍN -Argentina-
Publicado en Los puños de la paloma
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