Entro sin piedad en tu seducida alma
Como una inocencia ardiente de tocar
El prójimo de tu ser para nunca salir
De tu puerta negra y apasionada de amor
Donde tocamos nuestros cuerpos íntimos
Y hacemos el amor varias veces
En una cama de fuegos prendidos
Desprendemos nuestra locura
Y se queda quieto el viento sobre nuestra vivienda
De hacer locuras y cosas tremendas en una habitación
Sola y caliente de temperatura cuando una piel y otra se tocan se queda el fuego prendido
Y tatuado en nuestra alma prendida de locura
Donde dos dimisiones están prendidas
Y dos pieles están a punto de hacer locuras
En los cielos desprendidos de pasión
Y manchados con nuestra fantasía
Donde no vemos el verbo expresado
Y solo vemos la calendaría ardiente
De besar al oscuro viento de nuestros besos
Llamados locura y adición
Francisco Xavier Díaz Gómez
Derechos reservados desde México
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