Fósforos…
Ay fósforo, mecha de las palabras. Encendida sangre, mar de simultáneos labios. Asimétrico seno supernumerario para insaciable apetito del pueblo.
Pasionaria visión. Encantamiento. Silencio. Esta es la noche en que el Venus se hace Olivo por impregnar de ti Santo Sudario.
El sol es abatido en retirada, llora la oscuridad destello de pupilas. De luto corazón guarda silencio. Aquí es vestido todo de oscuro riguroso. Arde candela que al fósforo matara.
Como tajo profundo hasta el centro neural de nuestra tierra la mano te trepana y me libera…
Primavera, pasión. Cantas en tu traje de Eva con el magma inundado el mar rojo…
Delicia, manzanar, la fruta a punto. Las naves evadidas tras los muros. Una guitarra vibra de inocencia. Se entrega corazón. Rinde sus huestes de músculo y urgencia…
Hay un aroma a madreselvas en la sala. Hay dos cuerpos fundidos en la arena. El barco en altamar buscando faro
enciende la ilusión, arde la tea…
Del libro El imperio del sol de
RUBÉN BORONAT -Argentina-
Publicado en Editorial Alebrijes
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