cada mirada deshoja su objeto
lo curva lo acaricia
devora la lejanía y lo abandona
necesito un puente
entre el ojo
y la flor de mil pétalos
el estrecho canal del río en lo alto
donde el ibis renueva su plumaje
y canta
para encontrar el poema
trazado desde siempre
en el espacio del fruto perfecto
la ribera este del Nilo
donde todo nace
Del libro, “El ojo peregrino” de
María E.Chapp -Argentina-
Publicado en el blog elescribidor
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