viernes, 9 de agosto de 2019

NO HUBO NADA


Antes que algo,
primero hubo,
nada.
Nada,
no nada,
no algo,
primero.
Antes
y después,
siempre,
no hubo nada.
Pero eso no
lo sabemos.
Porque, al no
haber nada,
no éramos,
nada fuimos,
nada somos
y nada seremos.
Nada hubo
o no hay nada,
no había nadie,
nadísimo.
O no había nada,
Pero nunca lo
sabremos,
porque
ni siquiera
existíamos.
Primero,
no hubo nada,
después hubo algo.
¿Pero que hubo?
¿A quién
preguntaremos?
Antes, antísimo,
lo sabemos,
como pan fresco,
no había nada,
ni siquiera silencio.

Rafael Pérez

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